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Miércoles, 8 de marzo de 2017

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san Juan de Dios


Jonás 3:1-10
Salmos 51:3-4, 12-13, 18-19
Lucas 11:29-32

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millones se convierten en un dia

"Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño" (Jonás 3:5).

Ciento veinte mil malas personas se convirtieron al Señor en un día, debido a una profecía de una sola frase de Jonás, un profeta reacio y vengativo. Y nosotros tenemos "alguien que es más que Jonás" (Lc 11:32). Tenemos a Jesús, el Salvador del mundo, Rey de reyes, el Señor de los señores, el Hijo de Dios. De hecho, no solo Jesús es más grande que Jonás, sino que cada cristiano es más que Jonás, porque en Jesús hemos nacido en el reino de Dios (Mt 11:11). Por otra parte, Jesús ha prometido que los que creen en Él, van a hacer mayores obras que las que Él hizo (Jn 14:12).

Considerando la "gloria extraordinaria" de la nueva alianza (2 Co 3:10), ¿cuántas conversiones podemos esperar de forma realista, mientras que ayunamos, oramos y nos sacrificamos en este día de Cuaresma? Considerando el supremo amor y poder de una misa, ¿qué cambios radicales deberíamos esperar que se produzcan en el mundo, debido a nuestra participación en la Eucaristía de hoy?

El Señor quiere que vivamos y oremos con fe. Por lo tanto, Él no nos muestra demasiado de los efectos impresionantes de nuestras vidas en Él. Sin embargo, el hecho es que el Señor está en este momento convirtiendo a millones. Jesús nos ha dado el privilegio de ser parte de esto, obedeciéndolo a Él, al evangelizar, servir, orar y ayunar. Obedezca a Dios. Sé más grande que Jonás, y haz cosas mayores que Jesús.

Oración:  Padre, una vez más haz más de lo que yo pueda pedir o pensar (Ef 3:20).

Promesa:  "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación" (Lc 11:29-30).

Alabanza:  San Juan de Dios sirvió a los enfermos tanto física como espiritualmente. Durante el incendio de su hospital, rescató a todos los pacientes a través de las llamas, pero nadie se quemó (ver Is 43:2).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.

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