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Domingo, 23 de agosto de 2020

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21er domingo de T. Ordinario


Isaías 22:19-23
Romanos 11:33-36
Salmos 138:1-3, 6, 8
Mateo 16:13-20

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Reflexiones Similares

aceptar a jesús y todo lo que implica

“Porque todo viene de Él, ha sido por Él, y es para Él. ¡A Él sea la gloria eternamente! Amén” (Romanos 11:36).


   La cuestión más importante en la vida es: “¿Quién dices que es Jesús?” (Mt 16:15). Si confiesas con los labios que Jesús es el Mesías, el Señor, y el hijo de Dios (Mt 16:16; Rom 10:9) y si vivimos entregados a Jesús y no a nosotros mismos (2 Co 5:15), seremos salvos de la muerte, del engaño a nosotros mismos, de la esclavitud, de la condena y el infierno; y seremos salvos para vivir en libertad, pureza, santidad, amor, paz, gozo y vida eterna.
   Además, cuando aceptamos la gracia de tener fe en Jesús y vivimos para Él, Jesús mismo se revela a nosotros por medio de Su Iglesia (Mt 16:18). Él, asimismo, nos llama a amar a la Iglesia hasta el punto de entregar la vida por ella (Ef 5:25).
   ¿Has aceptado a Jesús y todo lo que esto implica? ¿Has sido crucificado con Jesús (Gál 2:19) ¿Podría decirse que tu vida ya no es tuya? (Gál 2:20) ¿Has perdido tu vida por Jesús? (Lc 9:24) ¿Te conformas solamente con ir a la iglesia o es la Iglesia de Jesucristo con sus compromisos la que vive en ti?
   “¡Qué profunda y llena de riqueza es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son Sus designios y qué incomprensibles Sus caminos!” (Rom 11:33). Entra en el misterio de la Trinidad, que es el amor eterno. Entrega tu vida totalmente a Jesús y a Su Iglesia ahora mismo.

Oración:  Padre, muéstrame a Jesús de una manera aún más profunda, (ver Mt 16:17).

Promesa:  “Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá” (Is 22:22).

Alabanza:  “No temas: Yo Soy el Primero y el Último, el Viviente. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo la llave de la Muerte y del Abismo” (Ap 1:17-18). ¡Alabado seas Jesús resucitado!

Referencia:  

Rescripto:  Padre, haz que toda mi vida gire en torno a prepararme, participar activamente y vivir la misa.

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