En su reino, Dios deja que el trigo y la mala hierba crezcan juntos. Él no tira malas hierbas hasta que mueran o Él venga de nuevo (Mt 13:30, 40). Se demora en sacar maleza para que pueda cambiar y convertirse en trigo. Sin embargo, es posible que, mientras espera que las malezas se conviertan en trigo, el trigo se convierta en maleza.

Por lo tanto, "procuren consolidar cada vez más el llamado y la elección de que han sido objeto: si obran así, no caerán jamás" (2 Pe 1:10). "¿Han sido tan insensatos que llegaron al extremo de comenzar por el Espíritu, para acabar ahora en la carne?" (Gál 3:3) "Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud" (Gál 5:1). No debemos volvernos tibios (Ap 3:16) y alejarnos de nuestro primer amor (Ap 2:4). "El que se cree muy seguro, ¡cuídese de no caer!" (1 Co 10:12) "Si alguien se aleja de los vicios del mundo, por medio del conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y después se deja enredar y dominar de nuevo por esos vicios, su estado final llega a ser peor que el primero. Más le hubiera valido no conocer el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, apartarse del santo mandamiento que le fue transmitido" (2 Pe 2:20-21).

El Señor da la gracia de ser libres y mantenernos libres por medio de su "santa ley" (2 Pe 2:21), es decir, su Palabra. La verdad de la Palabra de Dios nos libera (ver Jn 8:32). "La ley del Espíritu, que da la Vida, me libró, me libró, en Cristo Jesús, de la ley del pecado y de la muerte" (Rom 8:2). Mira "la Ley perfecta, que nos hace libres…como un verdadero cumplidor" (Stg 1:25). Permanece en la ley de Dios, Palabra y verdad (ver Jn 8:31-32). Mantente libre.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 12 de diciembre de 2018

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