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Martes, 12 de junio 2018

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1 Reyes 17:7-16
Salmos 4:2-5, 7-8
Mateo 5:13-16

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¡por el amor de dios!

"Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo" (Salmos 4:4).

¿Quieres ver las maravillas de Dios? ¡Entonces olvídense de ellas! Cuanto más nos concentremos en ser fieles siervos de Dios - sirviéndole puramente por amor obediente sin ningún interés en ser recompensados - más maravillas hace por sus fieles (Sal 4:4). Si nuestro servicio a Dios es motivado por un interés en recibir Sus maravillas, Él puede que se mueva maravillosamente en nuestro favor, porque Él no puede ser infiel (2 Tim 2:13). Sin embargo, seremos los perdedores. Limitamos lo que recibiremos de Dios, porque la medida limitada que damos a Dios, a su vez, nos será devuelta (ver Mt 7:2).

En lugar de centrarse en las maravillas de Dios, hágalo solo en el Dios de las maravillas. Concéntrate en Su fidelidad, en Su corazón y en los caminos que Él está llamando a vivir tu vocación específica en la edificación de Su reino. Por eso es que Jesús nos enseñó a orar para que el reino de Dios venga antes de que empecemos a enfocarnos en nuestras propias necesidades (Mt 6:10). Esto es lo que hizo la viuda de Saretpa. Aunque empobrecida, ella puso su primera prioridad en el reino de Dios, en lugar de sus propias necesidades (1 Re 17:15). Entonces Dios bendijo su olvidada fidelidad con más maravillas que las que jamás pudiera haber imaginado (Ef 3:20): un año de alimento (1 Re 17:16) la resurrección de su hijo por el clamor de Elías (1 Re 17:22; Eclo 48:5). "Ve, y procede tú de la misma manera" (Lc 10:37).

Oración:  Padre, te serviré con alegría (Sal 100:2). "Tú has puesto en mi corazón más alegría que cuando abundan el trigo y el vino" (Sal 4:8).

Promesa:  "Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo" (Mt 5:16).

Alabanza:  Leer la Biblia como una carta de amor personal de Dios cambió la forma cómo Felipe vio a Dios y a sí mismo. Él ahora confía plenamente en el amor providencial del Señor.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de diciembre de 2017.

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