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Jueves, 27 de abril de 2017

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Hechos 5:27-33
Salmos 34:2, 9, 17-20
Juan 3:31-36

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asumiendo responsabilidades

"¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!" (Hechos 5:28).

El sumo sacerdote acusó a los apóstoles de estar decididos a hacer a los líderes religiosos "responsables de la sangre de ese hombre". Sin embargo, la mayoría de los líderes religiosos se negaron a asumir la responsabilidad de la ejecución de Jesús. De lo contrario, no habrían llamado a Jesús "ese Hombre", sino "el Salvador del mundo". Los apóstoles estaban determinados a hacer responsables de la sangre de Jesús no solo a los líderes religiosos sino a todos, incluyéndose ellos mismos y nosotros. Dijeron que Dios les dijo que hicieran esto, y lo obedecieron (Hch 5:29).

¿Admitirías que eres personalmente responsable de la muerte brutal de Jesús en la cruz? Podrías decir que eres inocente porque no vivías cuando Jesús murió. Sin embargo, la muerte de Jesús trasciende el tiempo. Toda persona que haya pecado es responsable de la sangre del Dios-Hombre. En el Catecismo Romano después del Concilio de Trento, la Iglesia enseña: "Debemos considerar como culpables de esta horrible falta a los que continúan recayendo en sus pecados. Ya que son nuestras malas acciones las que han hecho sufrir a Nuestro Señor Jesucristo el tormento de la cruz, sin ninguna duda los que se sumergen en los desórdenes y en el mal crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia" (citado en el Catecismo de la Iglesia Católica, 598). San Francisco de Asís enseñó: "Y los demonios no son los que le han crucificado; eres tú quien con ellos lo has crucificado y lo sigues crucificando todavía, deleitándote en los vicios y en los pecados" (citado tanto en el Catecismo, 598; ver también Hebreos 6:6).

Admite tu responsabilidad por la muerte de Jesús. Arrepiéntete y recibe el amor y la misericordia de Cristo resucitado.

Oración:  Padre, que la sangre de Tu Hijo en mis manos limpie mi corazón.

Promesa:  "Porque Dios le da el Espíritu sin medida" (Jn 3:34).

Alabanza:  Franco continuó concurriendo al Sacramento de la Confesión, incluso después que la Cuaresma había terminado.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.

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