< <  

Domingo, 8 de octubre de 2017

  > >

27vo domingo de T. Ordinario


Isaías 5:1-7
Filipenses 4:6-9
Salmos 80:9, 12-16, 19-20
Mateo 21:33-43

Ver Lecturas en Inglés
Reflexiones Similares

¿nacidos para ser salvajes?

"¿Por qué dio frutos agrios?" (Isaías 5:4).

Dios cuidó perfectamente de su viña, la casa de Israel (Is 5:1ss). Con un jardinero y un cuidado perfecto, se esperaría que el viñedo produzca uvas orgánicas y fructíferas. Lógicamente, nadie esperaría que se produjeran uvas silvestres. Para que esto suceda, las vides orgánicas que fueron plantadas y cultivadas deberían tener aparentemente un nuevo ADN, el de las uvas silvestres y eso resultaría.

Por lo tanto, Dios dijo al pueblo de Israel y a nosotros también, que si quieren cambiar su naturaleza para que sea salvaje, Él les dejaría vivir en una condición que se ajuste a su deseo de ser silvestres. Así, el Señor derribó los muros que protegían la viña, permitiendo que las condiciones salvajes, las plantas silvestres y los animales lo invadieran (Is 5:5-6). Tal vez entonces los israelitas, y nosotros también, llegaríamos a recapacitar (ver Lc 15:17ss) y volveríamos al Señor. Tal vez las uvas silvestres aprenderían de los efectos despiadados de la vida salvaje y humildemente regresarían a su naturaleza domesticada y fructífera que viene con ser un hijo de Dios.

Cuando Jesús proclamó la parábola de la viña en la lectura del Evangelio de hoy, aquellos que lo escucharon, entendieron todo el mensaje de Jesús muy claramente. No fue que no pudieron entender a Jesús; fue que la mayoría de los que lo escucharon, rechazaron Su mensaje, rechazaron a Dios y su protección, y eligieron la insensatez y la separación de Él.

El mensaje es claro. El plan de Dios es hacernos también parte de Su familia y dar buen fruto. Arrepiéntanse de cualquier deseo de "correr como salvajes" y rebelarse contra el Señor (Ex 32:25).

Oración:  Padre, haz en mí lo que sea necesario para realizar lo que Tú quieras.

Promesa:  "Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos" (Fil 4:7).

Alabanza:  Alabado sea Jesús, "Señor mío y Dios mío" (Jn 20:28).

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de mayo de 2017.

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.