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Viernes, 12 de agosto de 2016

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santa Juana Francisca de Chantal


Ezequiel 16:1-15, 60, 63
Isaías 12:2-6
Mateo 19:3-12

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Reflexiones Similares

¿antes de cristo o después de cristo?

"Por lo tanto, yo les digo…" (Mateo 19:9).

Antes de la encarnación de Jesús, el divorcio se consideraba necesario. Las leyes que regulan el divorcio incluso aparecen en la Biblia (ver Dt 24:1-4). Antes de que Jesús nos salvara, la poligamia, no la monogamia, era una práctica generalizada. Antes de Jesús, las personas solteras por lo general se consideraban maldecidos. Antes de Jesús, nuestra visión del amor, el matrimonio, las relaciones sexuales, la dignidad de la persona humana y las vocaciones eran muy incompletas y pervertidas.

Después de que aceptamos a Jesús como Señor de nuestras vidas, tenemos la gracia de desarrollar grandes matrimonios de entrega total. Esto usualmente resulta en familias grandes, felices y hermosas. En Cristo, los divorciados no viven vidas de poligamia en serie, sino, vidas de fidelidad heroica. Ellos aman de manera unilateral e incondicional como ama Jesús. Además, después de que Jesús nos ha salvado, vemos aquellos que son solteros para el Señor como signos proféticos de nuestras vidas futuras en el reino de los cielos (Mt 19:12; Lc 20:34ss).

Observa tu preferencia a la vida de casado o soltero. ¿Es tu matrimonio o el divorcio como antes de Cristo o después de Cristo? ¿Estás decidido y gratamente soltero? ¿O eres simplemente un "solterón"? En Cristo, todas las relaciones y las vocaciones se transforman radicalmente. Esto significa que "el que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente" (2 Co 5:17).

Oración:  Padre, haz mi vocación nueva en Jesús. Que pueda vivir mi nueva vocación a plenitud (Jn 10:10).

Promesa:  "Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo" (Is 12:2).

Alabanza:  San Francisco de Sales llama a santa Juana Francisca "la mujer perfecta, a quien Salomón tuvo dificultad para encontrar en Jerusalén". Ella dijo una vez que cuando sufrimos tribulación debemos "poner todas esas cosas en Dios".