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Jueves, 14 de abril de 2016

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Hechos 8:26-40
Salmos 66:8-9, 16-17, 20
Juan 6:44-51

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alimento celestial

"Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquél que lo coma no muera" (Juan 6:49-50).

Cuando se trata de comida, Dios provee y el hombre se burla. Dios le dio a Adán y Eva todo tipo de buena comida en el jardín del Edén (Gn 2:16). Lamentablemente, sus ansias de comer más allá de lo que Dios les proporcionó condujo a la caída de la humanidad (Gn 3:6).

Entonces Dios proveyó maná milagroso para los israelitas cuando se quedaron varados en el desierto (Ex 16:14ss). Él les proporcionó "desde el cielo, un pan ya preparado, capaz de brindar todas las delicias y adaptado a todos los gustos" (Sab 16:20). Más aun, el maná "adaptándose al gusto del que lo comía, se transformaba según el deseo de cada uno" (Sab 16:21). Todo esto revela la dulzura de Dios hacia Sus hijos (Sab 16:21). Sin embargo, los israelitas en el desierto pronto se cansaron de esta milagrosa y sabrosa comida. Estaban "hartos de esta comida miserable" (Num 21:5) que Dios proveyó. Ahora querían carne, pescado, pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos (Num 11:4-5).

Entonces, Dios proveyó una vez más a sus hijos con pan milagroso del cielo. El niño Jesús bajó del cielo y se colocó en un pesebre, que es un canal de alimentación. Esto da a entender que Jesús es Alimento. Su "carne es la verdadera comida" (Jn 6:55). Para que sea inconfundible, Jesús proclamó: "Yo soy el pan de Vida… Yo mismo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne, para la Vida del mundo" (Jn 6:48, 51). Jesús en la Eucaristía es el banquete final de Dios. ¿Vamos a rechazar este alimento celestial? ¿O bien, vamos a guardar silencio y comer lo que Dios ofrece?

Oración:  Padre, que todo lo que entra y sale de mi boca sea totalmente bajo Tu señorío.

Promesa:  "Entonces Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura, le anunció la Buena Noticia de Jesús" (Hch 8:35).

Alabanza:  Después de varios años de conocer a Jesús en la misa en su hora de almuerzo, John entró en el seminario y se convirtió en un sacerdote.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial.)

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 21 de enero de 2016.

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