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Jueves, 31 de marzo de 2016

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Primera semana de Pascua


Hechos 3:11-26
Salmos 8:2, 5-9
Lucas 24:35-48

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el profetaanunciado

"El Señor Dios suscitará para ustedes, de entre sus hermanos, un profeta semejante a mí, y ustedes obedecerán a todo lo que él les diga. El que no escuche a ese profeta será excluido del pueblo" (Hechos 3:22-23).

En los comienzos de la Iglesia, muchos creyeron en Cristo resucitado, por el poder profético de Jesús y sus discípulos. Jesús era el Profeta anunciado en las profecías de Moisés (Hch 3:22; Dt 18:15). Las palabras de Jesús resucitado y de Sus testigos "quemaban como una antorcha" (Eclo 48:1). Sus palabras eran como fuego en sus huesos (Jer 23:29; 20:9), quemando los corazones de quienes las escuchaban (Lc 24:32).

Porque muchos recibieron la fe en Cristo Jesús resucitado, por medio de la profecía, la Iglesia afirma su fundación en los profetas (Ef 2:20). En el nacimiento de la iglesia, se cumple otra profecía acerca de la profecía: los hijos, hijas, y aun tus siervos y siervas recibieron el don de profecía (Hch 2:17-18; Jl 3:1ss). De este modo, la Iglesia nos manda a ser fervorosos en las cosas espirituales, sobre todo en el don de profecía (1 Co 14:1).

En esta época de Pascua, recibamos la palabra profética de Dios en las homilías de la Misa. Leamos las Sagradas Escrituras diariamente. Leamos lo que predica, enseña y profetiza el Papa. Únete a Jesús, el Profeta, quien nos llevará a Jesús resucitado.

Oración:  Padre, envíanos el Espíritu para que Tu palabra inflame nuestros corazones.

Promesa:  "Todos los profetas que ha hablado a partir de Samuel, anunciaron también estos días. Ustedes son los herederos de los profetas" (Hch 3:24-25).

Alabanza:  ¡Aleluya, Jesús ha resucitado! "Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él" (Sal 118:24). ¡Aleluya para siempre!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.

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