El carcelero convertido compartió de inmediato su fe con su familia y con alegría celebró la nueva vida de Dios con ellos. He aquí algunas oportunidades en las que una familia puede celebrar su fe en Dios:

• aniversarios: la celebración del día en que cada miembro de la familia recibió sacramentos, como el bautismo (Hch 16:34), primera comunión, confirmación, matrimonio, etc.,

• santos patronos: celebrando el día de la fiesta del santo patrono de cada miembro de la familia (o el santo por los que fueron nombrados),

• fiestas mensuales con confesión: la familia va a la confesión y después celebran juntos (por ejemplo, Lc 15:23, 32), y

• fiesta de diezmos mensuales: la familia se reúne para orar, dar el diezmo y celebrar. A los niños se les asigna dinero para que participen en la ofrenda junto a sus padres.

Hay diversas maneras de celebrar lo que Dios ha hecho por nosotros. Ninguna familia es tan perfecta que no pueda aún hacer "mayores progresos" (1 Tes 4:1) en santidad, unidad, fe y alegría. Ora al Espíritu Santo para que puedas responder al reto (Jn 16:8) de promover la unidad de tu familia, y que derrame sobre ellos el Amor de Dios en los corazones de todos y cada uno de sus miembros (Rom 5:5). Que las "familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor" (Sal 96:7).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2015

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