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Miércoles, 24 de septiembre de 2014

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Proverbios 30:5-9
Salmos 119:29, 72, 89, 101, 104, 163
Lucas 9:1-6

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Reflexiones Similares

sin añadidos

"No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y seas tenido por mentiroso" (Proverbios 30:6).

Cuando la Biblia usa la frase "palabra de Dios", no se refiere solamente a la Biblia. La Biblia se refiere a sí misma como "las Escrituras", es decir, la Palabra escrita de Dios. "Las palabras de Dios" incluyen las Escrituras y también la enseñanza autorizada de la Iglesia que precedió y es la base de las Escrituras. Así, en Proverbios 30:6, el Señor nos ordena no agregar nada a las enseñanzas de la Iglesia, incluyendo su enseñanza por medio de la Biblia y el Magisterio proclamado a través de todos los siglos.

No obstante, mucha gente cambia la Palabra de Dios por tradiciones puramente humanas (Mc 7:13). Por ejemplo, se toma la psicología que esté de moda y la propaganda de las instituciones seculares y mundanas como el verdadero evangelio, mientras se niega la verdad transmitida en la Biblia. Ignoramos la Palabra de Dios y le otorgamos una autoridad incuestionable a aquellas ideas que los medios de comunicación se encargan de difundir como infalibles.

Al mismo tiempo, somos arrogantes y bastante remisos a la hora de aceptar la Palabra de Dios. El mundo actual nos tienta incesantemente a restarle autoridad a la Biblia. Tendemos a ignorar el Magisterio de la Iglesia y rehuimos profundizar en la Sagrada Escritura. En los últimos versos de la Biblia, el Señor nos exhorta: "Si alguien pretende agregarles algo, Dios descargará sobre él las plagas descritas en este Libro. Y al que se atreva a quitar alguna palabra de este Libro profético, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la Ciudad santa, que se describen en este Libro" (Ap 22:18-19).

Oración:  Padre, tus palabras son Espíritu y Vida (Jn 6:63). Que pueda comprenderlas y vivirlas. Que pueda obedecerlas como las enseña la Iglesia.

Promesa:  "Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes" (Lc 9:6).

Alabanza:  Guillermo no podía comprender las escrituras. Por eso, fue bautizado en el Espíritu Santo en el Seminario de Vida en el Espíritu. Ahora él está enseñando la Biblia a otros.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de abril de 2014

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