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Sábado, 17 de mayo de 2014

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Hechos 13:44-52
Salmos 98:1-4
Juan 14:7-14

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el vivo retrato

"El que me ha visto, ha visto al Padre" (Juan 14:9).

Tengo un hijo adulto que se parece a mí, tiene mi tamaño, cuerpo y una personalidad similar, sin embargo ¡todavía no tiene mis canas! Ambos estamos involucrados en el mismo ministerio. Como a todo padre, me alegra que mis hijos tengan mi imagen. Es un gozo indescriptible realizar un ministerio codo a codo con mi hijo.

Jesús "es el resplandor de su gloria y la impronta de su Ser" (Heb 1:3). Jesús tanto se ajustó a sí mismo a la voluntad de Su Padre que ver a Jesús era ver al Padre (Jn 14:9). De la misma manera, nosotros los humanos estamos hechos a la imagen de nuestro Padre (Gn 1:27). En el Bautismo, recibimos "el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios [Padre]" (Rom 8:15). "Desde ahora somos hijos de Dios" (1 Jn 3:2). Como Jesús, nos esforzamos por cumplir con la voluntad del Padre. Como Jesús oró, nosotros oramos constantemente a nuestro Padre: "no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22:42; ver también Mt 6:10).

Mi hijo ha llegado a la madurez y ahora se parece más a su padre. Nosotros también podemos crecer y madurar de modo que "nos parezcamos más" al Padre celestial. Jesús dijo: "yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo" (Mt 5:44-45).

Hijos de Dios, amemos a nuestros enemigos, rindámonos a la voluntad de nuestro Padre y por lo tanto reflejemos la gloria de nuestro Padre. Que nosotros, sus hijos, siempre le demos motivos de alegría a nuestro Padre (Sof 3:17).

Oración:  Padre, que yo viva de tal modo que tu nombre sea santificado (Mt 6:9) por todos los que me conozcan.

Promesa:  "Yo te he establecido para ser la luz de las naciones, para llevar la salvación hasta los confines de la tierra." (Hch 13:47)

Alabanza:  Sally dejó a un lado sus miedos y confió en que Dios le estaba hablando a través de los fuertes deseos de su esposo de que tuvieran un cuarto hijo. Después de un embarazo difícil, Dios la bendijo con un hijo.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de diciembre de 2013

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