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Viernes, 18 de abril de 2014

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Solemnidad de Viernes Santo


Isaías 52:13-53:12
Hebreos 4:14-16; 5:7-9
Salmos 31:2,6, 12-13,15-17,25
Juan 18:1-19:42

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Reflexiones Similares

¿puedes creer?

"¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído?" (Isaías 53:1).

En un momento u otro de nuestras vidas, cada uno de nosotros ha sido sorprendido por algo que hemos escuchado. Haz una pausa y reflexiona por un momento. Medita con sumo cuidado, que fue lo que precisamente Jesús proclamó por medio de su obediencia hace dos mil años. Él primero sufrió, y "cuando alcanzó la perfección, llegó a ser causa de eterna salvación para todos los que le obedecen" (Heb 5:9). Además, "cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado murió por los pecadores" (Rom 5:6).

Jesús habló fuerte y claro ese día triste. Su confianza filial en el Padre convierte este viernes terrible en uno muy especial. Jesús se abandonó a la voluntad del Padre y oró: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Sal 31:6; Lc 23:46).

Detengámonos a meditar sobre la magnitud de este evento. En nuestra ignorancia, nosotros matamos al Creador. ¿Somos acaso mejores que los soldados romanos, quienes "...acercándose, le decían: '¡Salud, rey de los judíos!', y lo abofeteaban" (Jn 19:03). ¿O somos más bien como Poncio Pilatos? Cuando escuchamos a Jesús siendo proclamado como el Hijo de Dios, ¿estamos "más alarmados que nunca"? (ver Jn 19:7-8).

Al final, cuando "todo se ha cumplido" (Jn 19:30), tengamos en mente que el miedo es inútil: "no temas, basta que creas "(Mc 5:36). Recuerda, "Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Tim 2:4); esta es una muy buena noticia.

Oración:  Jesús, en tus manos encomiendo mi vida.

Promesa:  "Él fue traspasado por nuestras rebeldías, y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre Él y por sus heridas fuimos sanados" (Is 53:5).

Alabanza:  (ninguna)

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de diciembre de 2013

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.