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Domingo, 16 de febrero de 2014

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6to domingo del Tiempo Ordinario


Eclesiástico 15:15-20
1 Corintios 2:6-10
Salmos 119:1-2, 4-5, 17-18, 33-34
Mateo 5:17-37

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Reflexiones Similares

los más altos estándares morales

"Ustedes han oído que se dijo: 'No cometerás adulterio'. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón" (Mateo 5:27-28).

Jesús no creía en el trabajo en el día de sábado, pero causó una polémica por la curación en el sábado. Tampoco era ultra-estricto con lavarse las manos antes de comer (ver Mt 15:02). Además, Jesús no exigió a sus discípulos que ayunaran hasta el día que El subiera a los cielos (ver Mt 9:14). También evitó la muerte de una adúltera (Jn 8:03).

Algunas personas malinterpretaron las acciones de Jesús. Ellos pensaron que Él estaba tratando de ser popular siendo ser permisivo. Sin embargo, Jesús puso las cosas claras al proclamar: "No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento" (Mt 5:17). Jesús, entonces, procedió a establecer los más altos estándares morales de la historia. Condenó no sólo el asesinato, pero también el enojo (Mt 5:22). Prohibió no sólo el adulterio, sino también miradas y pensamientos lujuriosos (Mt 5:28). Jesús también se opuso el divorcio a pesar de que fue aceptado en la Biblia (Mt 5:32). Él incluso nos manda a amar a nuestros enemigos y de no ofrecer resistencia a las agresiones (Mt.5:44, 39).

Jesús no es permisivo, sino que es increíblemente exigente. Estaremos irremediablemente frustrados al tratar de cumplir con las normas morales de Jesús. Nuestra única esperanza es llegar a Jesús (ver Mt 11:28) y entregarle nuestra vida a él. No podemos cumplir con sus normas, pero podemos decir "que se cumpla" en nosotros de acuerdo con su palabra (ver Lc 1:38). "El que los llama es fiel, y así lo hará" (1Tes 5:24).

Oración:  Padre, debo ser, pero no puedo ser, santo. Gracias, Jesús, por salvarme de esta situación imposible.

Promesa:  "Lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman" (1Co 2:9).

Alabanza:  ¡Aleluya! ¡Jesús ha vencido a la muerte por nosotros! ¡Aleluya!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 8 de augusto de 2013

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