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Sábado, 7 de diciembre de 2013

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san Ambrosio


Isaías 30:19-21, 23-26
Salmos 147:1-6
Mateo 9:35; 10:1, 5-8

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"Cuando el Señor les haya dado el pan de la angustia y el agua de la aflicción, aquel que te instruye no se ocultará más, sino que verás a tu maestro con tus propios ojos" (Isaías 30:20).

El Señor nuestro Padre ha enseñado a sus hijos a través de la Creación (Cfr. Jl 2:23) y la historia. Él nos enseñó a través de los patriarcas, profetas y hombres y mujeres sabios; nos enseñó a través de su Palabra.

De cualquier manera, nosotros, hijos de Dios, continuamos sin aprender nuestra lección. En el mejor de los casos, sólo hemos retenido partes de lo que Dios nos decía (Heb 1:1). Con frecuencia no nos damos cuenta de que Él nos estaba enseñando algo; vivimos pensado que nuestro Maestro se ha escondido (Is 30:20).

El Padre ha tenido misericordia de nosotros; nos envió a su Hijo hecho hombre para enseñarnos. En Él, hemos visto al Maestro con nuestros propios ojos (Is 30:20). Luego de enseñarnos por varios años (Mt 9:35), nosotros siendo hijos de Dios, lo asesinamos. Esto no interrumpió la lección, pues Jesús resucitó de entre los muertos y subió a su Padre. Así el Maestro-Padre y el Maestro Jesús envían al Espíritu Santo para enseñarnos (Jn 14:26). Finalmente, la Santísima Trinidad-Maestra, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te ofrecen venir a vivir dentro ti, en la medida en que les ames y sigas su Palabra (Jn 14:23).

Misteriosamente, muchos reyes y profetas no tuvieron el privilegio de ver ni escuchar a los Maestros (Lc 10:24), pero a nosotros se nos ha dado el privilegio de asistir a la escuela de la Trinidad Maestra. Acoge la enseñanza; recibe a los Maestros en tu corazón.

Oración:  Padre, Hijo, y Espíritu Santo, que pueda aprender mientras lea este libro y las Escrituras que se mencionan.

Promesa:  "Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente" (Mt 10:8).

Alabanza:  El Señor llamo a san Ambrosio a ser obispo cuando el aún un catecúmeno. Ambrosio aceptó el llamado y se dedicó su vida al estudio y predicación de la Escritura.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de julio de 2013

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