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Miércoles, 14 de noviembre de 2012

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Tito 3:1-7
Salmo 23:1-6
Lucas 17:11-19

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"¡gracias, jesús!"

¿Dónde están los otros nueve?" &#151;Lucas 17:17

El leproso samaritano, "al darse cuenta de que había sido curado, volvió alabando a Dios en voz alta. Se dejó caer sobre su rostro a los pies de Jesús y habló sus alabanzas" (Lc 17:15-16). Jesús no lo menciona mucho porque Él desea que le agradezcan. Más bien, Él sabe lo necesario que es para nuestra salvación que "demos gracias constantemente, tal es la voluntad de Dios para nosotros" (1 Tesalonicenses 5:18).

En el pasaje inmediatamente anterior a este incidente, Jesús también arroja luz sobre la postura del hombre ante Dios. Jesús nos dice: "Cuando hayáis hecho todo lo que le ha sido ordenado, decid: 'Somos siervos inútiles. No hemos hecho otra cosa que nuestro deber '"(Lc 17:10). Es parte de nuestra caida, la naturaleza humana a tomar la pureza de Dios, su inmerecida bondad para con nosotros por sentado. Nuestra naturaleza humana esta tan auto engañada que incluso podemos esperar que Dios "esté agradecido a" nosotros porque le servimos (Lc 17:9).

"Jesús aprovechó la ocasión para" comentar la importancia de la correcta relación del hombre con Dios, la alabanza humilde y agradecida (Lc 17:17ss.) Negarse a dar gracias a Dios inicia un espiral descendente en nuestra relación con Él (Rm 1:21ss). Hacemos un cambio deliberado en nuestra postura hacia Dios. Estamos orgullosos en lugar de yacer postrados. Nuestros corazones se oscurecen; nuestras mentes pierden la sabiduría y crece la insensatez (Rm 1:21-22). Nosotros nos deslizamos en un estilo de vida de pecado y perversión (Rom 1:24ss), y por lo tanto "no tomamos en cuenta a Dios" (Rm 1,28), lo que nos puede llevar al infierno (Mt. 10:32-33).

La palabra Eucaristía significa "acción de gracias." Como el leproso curado, retornarle las gracias a Dios (Sal 116:12), dedicándole tu ser en la Santa Misa con frecuencia, incluso diariamente. Gracias, Jesús!

Oración:  Padre, te doy gracias y te alabo por haberme hecho digno (Col 1:12), sano (Lc 17:15), y libre (Rm 7:24-25). ¡Aleluya!

Promesa:  "Cuando la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador apareció, Él nos salvó" (Ti 3:4-5).

Alabanza:  Rita se arrepintió de su conducta adúltera y regresó a los Sacramentos.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo de redacción.)

Rescripto:  †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 13 de augusto de 2012

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